Profesor José Silvano Conde: revolucionario y patriota ( 2a. parte)


Sus ideales políticos lo situaron a lado del zapatismo y fueron sus adversarios los carrancistas quienes lo capturaron. Por entonces la población era amedrentada por los bandos en pugna que solían parapetarse en el templo parroquial de San Jerónimo, en el palacio municipal o en cerro de las culebras desde donde abrían fuego sobre la ciudad y sus pobladores. Conde fue sorprendido por las fuerzas del gobierno en la barranca del orizabeño, cercana a la hacienda de Mahuixtlán,  después de su captura fue asesinado el 20 de diciembre de 1917. Su muerte fue  cruel y deplorable. Se comenta que lo decapitaron después de muerto:

 su cabeza fue expuesta con la de otro amigo y compañero en la calle principal de Coatepec frente al cuartel que ocupaban las fuerzas carrancistas comandadas por aquel perverso coronel Rubio que se instaló ese día en la calle para obligar a todos los transeúntes a dirigir la vista sobre aquellos despojos y para terminar, después de haberlos negado a sus familiares para que los sepultaran, mandó clavar sus cabezas en unas varas que fueron colocadas en un lugar de las orillas de Coatepec por el que transitaban los rebeldes quienes, avisados vinieron esa misma noche y llevaron las cabezas a sepultar al cementerio.[1]

La crueldad de la facciones en pugna causó gran impacto en la región y como era de esperarse daños morales y materiales.

Dentro de la vida del profesor Conde habría que destacar la labor educativa que desarrolló dentro y fuera del estado, llevando las semillas del novedoso sistema de enseñanza cimentado en el método objetivo, que intentaba erradicar la mecanización y memorización en el aprendizaje; en contraparte habría de emplearse el uso del razonamiento y de la observación. Además su interés por inculcar disciplina y amor por la Patria.





[1] Daniel Sánchez Altamirano, Memorias Autobiográficas, Coatepec, Veracruz, 1950, p. 340