Doña Isabel Miní y su esposo Anastacio Vespucci, rico notario y residente del barrio de Santa Lucía di Ognissantie en la bella Florencia, tuvieron tres hijos; al primogénito le llamaron Antonio; Gerónimo fue el segundo y al más pequeño de los tres lo bautizaron con el nombre de Américo. Esta pudiente familia, perteneciente a la alta sociedad florentina, alternaba con personajes renombrados como Sandro Botticelli; el clan de los Médicis incluído su confesor, el dominico Girolamo Savonarola; el pintor Domenico Ghirlandaio, maestro del también pintor Miguel Ángel; Leonardo Da Vinci y otras tantas celebridades de alcurnia, algunas de ellas surgiendo y otras ya con aureola de gloria, pero todas en lo más alto de la inspiración. El destino hizo que los tres hermanos se separaran; Antonio, se trasladó a Pisa en calidad de estudiante, Gerónimo viajó a Palestina a tentar a la fortuna y Américo, el gran Américo entra al servicio de los acaudalados Médicis, que antes