LA TIERRA DE AMÉRICO (Segunda de dos partes)

Américo Vespucci, en Sevilla,  ya con una actividad comercial y posición económica muy fuerte decide hacer uno, dos y tres viajes a las nuevas tierras descubiertas, que son las que le inspiran a hacer una relación de cartas que le envía a sus amigos florentinos y en especial a su patrón don Pedro de Médicis. Éste en un momento difícil de su vida, tuvo que tomar unas forzadas vacaciones e irse al país Galo a tomar nuevos bríos para reconquistar los territorios que sus compatriotas le habían arrebatado. 

Don Pedro, recibe en Francia la mas agradable de las noticias: “la aparición de un mundo nuevo”. Américo es la primera persona que dice algo nada parecido. Las islas del Ganges que vio Colón, Vespucci las ordena y les da forma de continente de un mundo nuevo; queda fascinado al ver a las mujeres de las cuales las describe con brillantez. Descubre las hamacas y le maravilla de lo bien que se duerme y se descansa en ellas calificándolas como un deleite. 

Vespucci y su gente se mezclan con los indios, conociendo y reseñando pueblos de pescadores que viven en casas levantadas en estacas sobre las aguas. Conocen caseríos tierra adentro donde se llega cruzando montes y navegando ríos. Los nativos de cada lugar, los atienden, les dan comida y frutas exóticas; algunas veces tienen que tronar sus arcabuces para guerrear y otras veces con baratijas ajustan paces.  
Vespucci es la primera persona que pinta el Nuevo Mundo con palabras que entusiasman a todos los protagonistas del Renacimiento. Sus cartas vuelan y son traducidas a todos los idiomas para publicarlas en todas partes y eso es motivo para que premien mejor a un escritor descriptivo que a un navegante como Cristóbal atormentado y viejo. Y el entusiasmo llegó tan lejos, que alguien se atreve a decir: “si a estas tierras nuevas de las que nos habla Vespucci, ha de ponérseles algún nombre, llamémosle por el suyo, que sea LA TIERRA DE AMÉRICO” y así quedó bautizado el nuevo mundo; Italia se creyó con más gloria que España y Vespucci nunca llegó a saberlo.

Amigos, recuerden que “p’a uno que madruga, otro que no duerme”, que tengan un muy buen fin de semana y por ahí del lunes nos estaremos saludando.

¡Ánimo ingao...!

Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz

El DJ no está tan bien de salud, pero anda muy contento, ahí les manda otra salsa.

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