ENTRE FLORES, COHETES Y RECUERDOS. Un Relato de la Bajada de Arcos de San Jerónimo

 


Por Dulce Monserrath Sánchez Guzmán.


En la zona centro del estado de Veracruz se encuentra Coatepec, ciudad que desde su establecimiento en la ubicación actual recibió la advocación patronal de San Jerónimo, cuya fiesta se celebra los últimos días del mes de septiembre y que durante la última centuria, ha visto consolidarse una de las manifestaciones culturales más grandes de toda la región: la tradicional Bajada de los Arcos.

 “Ya se viene San Jéronimo, ¿qué vamos a hacer?”, es la pregunta que año tras año al llegar los meses de junio y julio resuena en la puerta de muchos hogares coatepecanos y da comienzo a la organización y recaudación de fondos para llevar a cabo la fiesta patronal. En el barrio, las actividades consisten en bailables, competencias, ceremonias, kermeses, contratación de grupos musicales y adquisición de los adornos que engalanarán las calles y fachadas. Durante toda mi vida, la de mis padres y abuelos, hemos visto y participado en la realización de esta hermosa celebración. Ello nos ha permitido percatarnos de los diversos cambios que han surgido en las actividades secundarias de la fiesta: algunas han tenido que adaptarse a otras modalidades y nuevas tecnologías, otras se han sumado recientemente, como lo es la elaboración de la alfombra, y tristemente también hemos visto cómo algunas prácticas han ido mermando al paso de los años. 

 Sin embargo, hay un aspecto de la fiesta patronal que año con año se ha robustecido, la columna vertebral de la celebración popular: la elaboración artesanal de los arcos florales monumentales. La ofrenda, que se coloca en las puertas de los templos, es una práctica muy común en los municipios de la zona centro del estado de Veracruz dentro del marco de las fiestas patronales de cada ciudad, y llega a ser el momento clímax de cada celebración. 

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