ARQUEROS: Tejiendo una tradición.



 Por Dulce Monserrath Sánchez Guzmán

Dos semanas previas a La Bajada es común ver en las calles de Arteaga, Hernández y Hernández, Quintana Roo, Tlanalapa, Los Carriles, Anahuac, La Libertad, Cruz Verde y el Sapo, el proceso de elaboración de los arcos. En mi experiencia, desde la infancia fui testigo del apoyo que mi madre proporcionó al maestro Chama para organizar las fiestas de nuestro barrio. También pude atestiguar la ayuda que uno de mis tíos facilitaba a la elaboración del Arco Mayor en Los Carriles, pues inicialmente en mi cuadra no se hacía ofrenda. A principios del 2000, la 3a de Arteaga recibió con alegría y orgullo la encomienda de elaborar uno de los arcos para la fiesta patronal de San Jerónimo, el cuál sería colocado en una de las puertas del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe. El encargado del arco actualmente es Marco Antonio Pérez Mavil, nacido en Coatepec, quien desde hace más de 15 años emigró a otros estados del país a trabajar, sin embargo, él nunca dejó de amar al pueblo y tras responsabilizarse de la elaboración, trabaja duramente el resto del año para reunir los fondos que el mes de septiembre serán necesarios para cumplir su encomienda.

DM: ¿Cómo participas en las fiestas patronales de San Jerónimo? 

MA: Mi labor es ser uno de los “Encargados” del arco, el cual se elabora en la 3a calle de Arteaga… [el arco] se encomienda a San Jerónimo, pero que se coloca en la iglesia de la Virgen de Guadalupe cada 29 de septiembre. 

DM: ¿Cómo llegaste a ser Encargado del Arco? 

MA: Fue un proceso muy largo. A los 7 u 8 años, mi señora madre, doña Esperanza, y mi madrina Guillermina, me llevaban a la elaboración del arco en la 4ta de Arteaga: ahí le fui cogiendo cariño a los arcos. A la edad de 14 o 15 años me fui al arco que antes hacía Don Ciro para la iglesia de Fátima; le ayudé alrededor de tres años. El señor era mayor y poca gente le auxiliaba, entonces me comentó su decisión de heredar a los más jóvenes la realización del arco. A su vez, yo lo comenté a mis compañeros del barrio1 para que me apoyaran, como a todos les encanta la tradición, todos dijeron que sí. En ese entonces éramos un total de 15 personas que colaborábamos con una suma de dinero para hacer el arco; la única diferencia era que regularmente yo hacía el diseño. Los primeros años, dos o tres personas participaban activamente, pero con el tiempo esas personas se fueron alejando del barrio, algunos se casaron, otros emigraron, y así César y yo nos quedamos como cabecillas. 

DM: ¿Cuál es la labor del Encargado del Arco?

Entrevista completa y proceso de elaboración de un arco en 👉 Arqueros: tejiendo una tradición