EL SIGNIFICADO Y EL VALOR DE SAN JERÓNIMO.

 


Por Julio César Sastré Cisneros

San Jerónimo es uno de los personajes que más ha aportado al sentido vivo y dinámico de la fe en Cristo. Sin él, entender el cristianismo sería una tarea titánica, tanto de manera simbólica como testimonialmente hablando. Es posible ver en su figura una condensación de características deseables para los cristianos: su representación (la pluma, las ropas andrajosas, el león, etc.), lo que conocemos de su vida y sus escritos, son invaluables.

Para lanzar más luz sobre esto, tomemos en cuenta que hay una estrecha relación entre el pensamiento cristiano y el lenguaje(i) . El lenguaje, la palabra, es fundamental en la constitución cristiana de la creación, y teniendo esto en mente, no es casualidad que hablemos de Cristo en términos del “verbo encarnado”. Las Escrituras, son entonces, el contendor de la fe de las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islam) y pensarnos como cultura católica/cristiana sin este giro simbólico, es ciertamente inconcebible. En esa medida, la figura de San Jerónimo tiene un profundo significado en la existencia y preservación del sentido unitario dentro de la pluralidad de La Biblia.

La Biblia es una compilación de textos unidos bajo la premisa de que todos éstos libros están inspirados por Dios. Con esto, pensar en ella como un conjunto ordenado y homogéneo sería un error. Por el contrario, la Biblia es una conjunción plural donde se encuentran diversos estilos literarios y diferentes tipos de percepciones de lo divino. Así, la tarea de San Jerónimo al traducir la biblia no fue sencilla si pensamos que el objetivo era ampliar a otras lenguas.