EL HIJO DE SANTA MÓNICA…


28 de agosto 2017 lunes


            Tagaste es una provincia de la República de Argelia ubicada a escasos 90 kilómetros al sur del Mar Mediterráneo y a 275 km al suroeste del puerto Tunecino de Cartago. Este lugar es ampliamente conocido porque fue la cuna de aquella abnegada  mujer llamada Mónica, quien desde su niñez ya daba muestras de ser Santa. Su educación fue encomendada a una religiosa excesivamente rígida que la traía de “mecate corto”, pero siempre “aguantó el paso”. Su adolescencia no fue nada halagüeña; su padre hizo casarla con un neurótico llamado Patricio que de patricio no tenía nada, pues como buen borracho, parrandero y jugador le hizo durante 18 años la vida de cuadritos.

            Las vecinas metichonas, que desde aquel entonces nunca han faltado, le pedían la receta “para no pelear con el marido”, a lo que Mónica ni tarda ni perezosa contestaba:
—Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen humor.
—Y como para pelear se necesitan dos, cuando él grita, yo me callo y… pues no peleamos.
—¿ven, qué fácil?
—¡Nooo, pos sííí!, le respondieron.

            Don Patricio, que en la calle era pura risa y en su casa un energúmeno, le engendró a su consorte tres retoños, dos varones y una mujer, dejándola viuda cuando la menor tenía 10 años. El mayor, llamado Agustín, le salió subversivo, sedicioso y pagano, pero con una inteligencia sobresaliente, que le permitía darse lujos excesivamente perniciosos, plasmándolos más tarde en el libro de sus CONFESIONES.

            Agustín después de esos azarosos relajos, se convirtió en cristiano, momento que Mónica esperaba para marcharse serenamente a la vida eterna, y así dejó al hijo para que cumpliera con la oportunidad que el Supremo le daba de entregarse a dar servicio al prójimo, tarea que consumó hasta el momento de su deceso ocurrido a los 76 años de edad, el 28 de agosto del 430 en Hipona (Puerto de Annaba, Argelia), dejando escrita entre otras muchas obras, LA CIUDAD DE DIOS.

            La iglesia Católica no registra fecha de canonización de Santa Mónica ni de San Agustín debido a la antigüedad de los archivos, que seguramente fueron destruidos por las malas técnicas a que fueron sometidos.

            San Agustín nos dejó este legado: “Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti”. ¡Qué difícil sugerencia!

¡Ánimo ingao…!

Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.