PERFIDIA Y FRENESÍ
2 de septiembre 2017 sábado
En plena Segunda Guerra Mundial y en una petición del comandante en jefe
Dwight D. Eisenhower, el músico, compositor y director de orquesta Glen Miller,
cumpliendo con el grado de capitán, se fue a entretener a castrenses y navales
apostados en los frentes de batalla de Francia e Inglaterra, y de paso distraerlos
para que no pensaran en el sancho.
Glen Miller nombró a nuestro compositor Chiapaneco Alberto Domínguez,
fallecido el 2 de septiembre del año de 1975, “el musicalizador del frente”,
porque sus canciones PERFIDIA Y FRENESÍ, eran las más
solicitadas por la tropa.
Alberto Domínguez Borrás, nació en San Cristóbal las Casas Chiapas, y aunque
se inclinaba por estudiar la carrera de Arquitectura, decidió inscribirse tanto
en el Conservatorio Nacional de Música, como en la Escuela Nacional de Música y
ahí desarrolló su brillante y verdadera vocación como un gran pianista, un
excelente compositor y un magnífico director de orquesta. Junto con sus
hermanos Francisco, Abel, Gustavo, Ramiro, Ernesto y Armado aquel apodado “el
chamaco”, formó un gran conjunto de marimbas llamado “La Lira de San Cristóbal”
Las contrastantes composiciones de Alberto Domínguez, PERFIDIA
(el reproche a un amor traicionero) Y FRENESÍ (un canto a la
pasión), fueron interpretadas en varios idiomas por las voces más conocidas de
la segunda mitad del siglo XX. Cantantes como Frank Sinatra, intérpretes como
Benny Goodman, Artie Shaw, Dave Brubeck, Errol Garner, Woody Heman y otros
tantos, se esmeraron en hacer los melosos arreglos musicales para deleite del
público de los años cuarenta. En 1941, durante 24 semanas, ocuparon los
primeros lugares en el Hit Parade de Nueva York, y la máxima hazaña, fue la de
la cantante Linda Rondstadt, al conquistar cuarenta décadas después, en 1992,
el premio Grammy con la única e incomparable FRENESÍ.
Amigos, dice el poeta que “Así como el ignorante está muerto antes de
morir, el hombre de talento vive aun después de muerto”, a lo que la
abuela Jose decía “quien canta, su mal espanta”.
¡Ánimo ingao…!
Con
todo respeto Julio Contreras Díaz