Los Boneteros de Tuzamapan



Por Jorge Vela

Los Boneteros portan la alegría del carnaval de Tuzamapan. Su caleidoscópica presencia resalta entre el monocromo tono de la ex hacienda que, en antaño, fue una importante empresa dedicada a la producción y procesamiento de la caña de azúcar. En la actualidad, el casco es un espacio público por donde, tanto peatones como automotores, cruzan cotidianamente y que, durante las carnestolendas, es el punto de inicio y fin del festejo.  



Pedro Sol, artesano.
Fotóg. Jorge Vela, 2023.
Los danzantes tradicionales usan máscaras que les transforman en nuevos seres, desinhibidos, risueños y elegantes. Pero, a diferencia de las caretas bovinas de los pueblos del valle de Almolonga, que también se sitúan en la tierra caliente, los boneteros de Tuzamapan comparten más elementos con las cuadrillas de los pueblos de la montaña. Sus máscaras son rostros de bigotes, cejas pobladas, mentón pronunciado y nariz recta. Uno de los artesanos, Pedro Sol, describe su decoración como algo intuitivo, que fluye mientras selecciona colores y los aplica. En algunas ocasiones, se les dibujan antifaces, flores, corazones y otros motivos. Ninguna a máscaras es igual a otra y, cada año, se elaboran alrededor de 50 piezas. 




La tradición refiere que el carnaval comenzó a celebrarse cerca del año de 1908, pero de sus orígenes se tiene poca información. A pesar de ello, para 1929, ya era una fiesta tan representativa dentro de la región que, el cronista Félix. C. Sánchez, la describió en sus Apuntes […], como una fiesta muy diferente a la que se experimenta a la fecha.

 

En Tuzamapan […] año tras año, los colonos, unos disfrazados de viejos con caretas […] y un chicote y otros con trajes de mujeres que llaman Damas […] dan funciones por los alrededores después de la principal que consiste en torear un toro (esqueleto de carrizos forrado de un petate con una calavera) que carga un hombre embistiendo a todos y al tercer día lo matan y reparten las piezas de carne gritando: “la cabeza pa´ tía Teresa”, “la  azadura pa´tía Ventura” y así siguen adecuando el consonante a cada pieza y cada una, va seguida con gritos y risas fingidas. Después de esta función, se van a una enramada, y los tres días con sus noches son de bailes u orgías. A los nueve días se termina la ceremonia con los mismos disfraces por solo un día y una noche que llaman: “Exhumar el hueso” y en efecto, hacen una excavación, sacan un hueso aparentemente y lloran, re revuelcan y gritan y se termina como la anterior ceremonia, con baile y borrachera. Las creencias antiguas demuestran que esto representa “La pasión de Cristo”, los viejos imitan a los judíos que lo persiguieron hasta aprehenderlo y hasta que fue sentenciado a muerte.[1]

 

Los viejos satirizan a los antiguos hacendados y, por ello, portan polainas, traje sastre, corbata, pañuelo y capa. De las escasas fotografías que se poseen de décadas anteriores, se advierte el uso de una corona de papel como antecedente del bonete moderno que, además de poseer mayores dimensiones, ostenta una cascada de flecos de papel china y una docena de flores cubiertas de brillantina. El uso de cascabeles, listones, sombreros charros y cascos también se ha popularizado, pero los participantes siempre buscan que armonice con el conjunto. Elemento imprescindible para los “viejos del carnaval” es el machete que, elaborado de madera como la máscara, porta diversos mensajes. Algunos son bromas o piropos, mientras que otros, los más enternecedores, son dedicados a la memoria de los que ya no están.

Fotóg. Jorge Vela, 2023.


Desde hace algunos años, con el acceso a nuevos productos de consumo, los participantes del carnaval se atavían de otros personajes, generalmente de la televisión o el cine. Algunos forman comparsas, pero los más, asisten en lo individual para sumar al contingente. La corte real de la edición 2024 estuvo integrada por la reina del carnaval María Luisa; los reyes infantiles Ximena y Sergi; así como por los reyes de la alegría, Leticia Ríos Parra y a Toribio Lara. En el segundo desfile, celebrado el lunes 29 de abril, fue posible mirar al antiguo rey Mario Mayín, a su corte real y a un multitudinaria asistencia que disfrutó de los carros alegóricos y la música tras el cese de la lluvia.




Comparsa frente al parque central. Fotóg. Jorge Vela, 2023.


Bonetes dentro de la exhacienda. Fotóg. Jorge Vela, 2023.

Fotóg. Jorge Vela, 2023.


Fotóg. Jorge Vela, 2023.

Fotóg. Jorge Vela, 2023

Fotóg. Jorge Vela, 2023

Fotóg. Jorge Vela, 2023




[1] Félix C. Sánchez, Apuntes Históricos, Geográficos y Cronológicos de la Ciudad de Coatepec, Coatepec, Tip. Lara y Cía., 1929, pp. 46-50