Tercera de Arteaga: barrio de arqueros




Por Jorge Vela


Cuando los arcos florales se retiran de los templos, la parte más popular de las fiestas patronales llega a su fin. Las dos ofrendas colocadas en el templo de Guadalupe se retiraron el domingo 15 de octubre, con el propósito de permitir la continuidad de los trabajos de rehabilitación que se llevan a cabo en el inmueble. Los mayordomos de la 3ª cuadra de Arteaga y de Tlanalapa, convocaron por última vez a los cargadores y estos respondieron al llamado. A diferencia de la bajada, la faena requirió su presencia temprano por la mañana y se vio auxiliada por un automotor de plataforma. Una vez en el recinto, las sogas se extendieron desde las bóvedas de la iglesia, mientras que las garrochas apuntalaron la pesada carga desde el atrio. La fuerza del colectivo sostuvo una vez más el arco, con el propósito de transportarlo a su barrio de origen e iniciar su desmantelación. La tradición responde a los ciclos, por lo que la consumación de la jornada marca el inicio de la siguiente. Los maderos se guardan para reutilizarse en la próxima edición, las alcancías que financian la fiesta deberán ser rellenadas nuevamente y los hijos de San Jerónimo se regocijan al ver cumplida su encomienda.


La tradición de manufacturar una ofrenda floral durante las fiestas de San Jerónimo, se instauró en la 3ª cuadra de Arteaga en los albores del presente siglo, materializando un antiguo anhelo de los vecinos que, desde siempre, han sido activos participantes en la celebración patronal: el barrio de Arteaga es tierra de arqueros. A partir de entonces, el trabajo comunitario se ha emprendido. Se congrega a los amigos, se organizan las actividades y se reúnen los materiales que darán forma a la ofrenda. Durante la segunda quincena de septiembre, los esfuerzos se aceleran pues inicia el armado de la estructura y la cuadra se convierte en una sede de las fiestas donde también hay actividades populares.


Sosteniendo los chimalis de flor, Dulce Sánchez a la derecha y
Marco Pérez Mávil a la izquierda. Fotóg. Jorge Vela, 2023


El actual encargado del arco es Marco Antonio Pérez Mávil, coatepecano que emigró hace décadas a otros puntos de la república para obtener el sustento, y retorna en cada edición para dirigir los trabajos. La distancia nunca ha sido obstáculo para cumplir con su encomienda, por el contrario, ha encontrado en ella la manera de reunir los recursos necesarios para materializarla. Consciente del legado que le heredaron los mayores y de una profunda devoción a San Jerónimo y a la Virgen de Guadalupe, en 2023 coordinó su vigésima primera ofrenda, una labor rebosante de cariño por su pueblo. Al concluir las festividades, Pérez Mávil reconoce la red de apoyo que permite la continuidad de la manifestación:

 

Agradezco el enorme apoyo por parte de los vecinos y amigos de la 3ª de Arteaga, quienes año con año contribuyen para que la festividad de San Jerónimo se lleve a cabo, para que no se extinga. Gracias sus manos y al esfuerzo colectivo, se puede construir la ofrenda monumental. Los arcos son cargados, manufacturados y solventados por el pueblo coatepecano, que siempre se sobrepone a la adversidad para celebrar a su patrono.

 

La tradición suma muchas voluntades. Algunos son proactivos colaboradores, otros auxilian de manera eventual, y otros más motivan desde la distancia. Todos permiten la continuidad de la coatepecana identidad. Entre los participantes que el mayordomo mencionó, se encuentran: 

Hilario y Belén Álvarez; Hugo Cortez; Monserrath, Galahad  y David Sánchez; Maricela, Guadalupe y familia Guzmán Sánchez; Octavio Mendoza; Familia Serrano; Omar y Miguel Robles; Ernesto Benites; Texon Hernández; Yolanda Fernández; Xavier Monge; Familia Garfias; Familia Camacho; Familia García Ortiz; Familia Hernández López; Familia Soler; Arturo Paredes; Edgar y Juan Martínez; Miguel y Juan Pablo Mercado; Antonio y Miguel Juárez; Filiberto Hernández; Galileo Murrieta; Fernando y Daniel Cuevas; Jesús Marqués; Alfredo Sánchez; Ángel, Marvin y Misael; Jorge Vela; Amigos del barrio de San Miguel; La Cañada; Taller de Grabado Experimental; Son Coates; Bodegas Más; Clínica Veterinaria Xico; Panadería La Florencia, Key Priego; Lupita Vera; Mónica Remes; Familia Limón; Cute arte decorativo; Arte Sano; Héctor Brauer; La Cosecha; O Gráfica y la Rectoría de la Virgen de Guadalupe.  Además, se reconoce la contribución de los propietarios de los sitios de recolección de la flor, así como a los artesanos y los cargadores.   


Cargadores del arco. Fotóg. Jorge Vela, 2023


Colocando el arco en la fachada.
Fotóg. Jorge Vela, 2023

El arco es un regalo, una manda, un medio a través del cual se descargan las penas. Su símbolo es sumamente poderoso, pues el esfuerzo, los anhelos y la alegría se ven entretejidos en cada ofrenda floral y se elevan a los cielos en los hombros de quienes, directa o indirectamente, cargan con una tradición amenazada por los intereses del mundo moderno. La fiesta tiene el propósito de unir, no solo para materializar la fiesta, sino para nutrir la solidaridad cotidiana. Por eso los arqueros gritan: ¡Viva San Jerónimo! ¡Viva Coatepec!, exclamación a la que es posible agregar: ¡Viva la tradición de los arcos!







Instantánea de los arqueros. Fotóg. Jorge Vela, 2023


Retiro de la ofrenda. Fotografía recuperada del portal Noticias Siglo XXI