LOS SANFERMINES



8 de julio de 2017 sábado

            


            A la voz estentórea del TXUPINAZO DE JUANITO en las fiestas de San Fermín,   aficionados a los deportes  extremos compiten con los encastados miureños, torrestrellas, ymbros o victorianos que salen en tropel hacia la plaza de toros de PAMPLONA en la mera NAVARRA, dejando a su paso la emoción y el palpitar de miles de espectadores.


                El ENCIERRO es una tradición que tiene su origen en la EDAD MEDIA; se refiere al traslado de los “astados bravos” desde los campos de pastoreo y que van directos al gran redondel taurino a reunirse con sus matarifes. Hoy en día, la carrera se practica a las ocho de la mañana con seis INDOMABLES BURELES,  acompañados de ocho “cabestros” o toros mansos con el cencerro puesto, persiguiendo a la muchedumbre, que con su atuendo blanco y su rojo pañuelo al cuello (antes era una pajarita) van cargados de adrenalina a JUGARSE LA VIDA.


                El trayecto de más de 850 metros inicia con la cuesta de la estrecha calle de Santo Domingo; se amplía el recorrido en la Plaza Ayuntamiento hasta desembocar en la calle Mercaderes; en un corto recorrido, entran a la peligrosísima curva anterior a la calle de Estafeta; ahí inicia la jornada más prolongada, hasta llegar al “apretado callejón” que encausa a las puertas del mayor COSO de toda Navarra para entrar triunfantes a la arena en un “eterno tiempo” de casi cuatro minutos. Ernest Hemingway en su novela FIESTA publicada en 1926, narra las aventuras de Jack Barnes y su prometida Brett Ashley, los protagonistas en estos “sanfermines”, encarnados por el Tyron Power y la Ava Gardner en la película filmada en 1957.


                A pregunta expresa, los pamploneses no conocen la vida de San Fermín, pero eso no es motivo para que no le rindan culto y le agradezcan por las verbenas y francachelas de los nueve días que dura este “pinche guateque” donde los precios de todo suben descomunalmente.  Caso contrario a mis orgullosos vecinos xiqueños, que este año tendrán que prescindir de ésta su fiesta y tendrán que conformarse con difundir vida y milagros de la “SANTÍSIMA MADALENA” y de su disipado guardarropa que bien pudiera ser la envidia de cualquier diseñador de modas, así como arrimarle el fuego a los cientos de docenas de cuetes, azote de los perros de vecindario.


                Amigos, lo mejor de la XIQUEÑADA del próximo 22, es que van a poder andar sin cuernos que los persigan pero pletóricos de verde y mora porque recuerden que el alcohol es la “causa y la solución” a todos los problemas… ¡salud!.


                Ánimo ingao…!!!


                Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz